jueves, 26 de julio de 2012

Ponme un chorrito de bilis (Middle class blues again)

Ya hablamos en otra entrada sobre la clase media y su tendencia al lloriqueo de quien, sin pretender formar parte de la élite, no soporta el no estar en la mitad más acomodada de la sociedad.
Últimamente, gracias al circo (romano) de la Unión Europea y su gestión de la crisis macroeconómica, un nuevo gremio se ha incorporado con fuerza al coro de l@s quejicas y sus voces incrédulamente indignadas. Como los champiñones tras las lluvias de octubre, la figura rotundamente musculada del pasma hispánico brotó en la última manifestación masiva vista en Madrid contra los recortes y pareció reproducirse como un gremlin bajo el aguacero antedicho (no utilizaremos más símiles por un tiempo, lo prometemos). Estábamos acostumbrad@s a que est@s denodad@s profesionales se mostraran en privado perdonavidas, prepotentes o, simplemente, sociopáticos y, en público (léase «a la hora de hablar personalmente a los mass media o publicar un comunicado del SUP, la AUGC, la CEP o similar»), victimistas y precarizad@s, pero nos han sorprendido con esta pirueta. Mientras sus compañer@s de servicio preparaban las porras, ell@s se manifestaban -sin corear más consignas, eso sí, que «¿Dónde está nuestra paga, nuestra paga dónde está?»- junto a aquella chusma que solemos tener el honor de ser objeto de sus cuidados, entre voces del «sindicalismo» paniaguado, la gauche caviar y algún que otro ultraderechista que cantaban consignas de una supuesta solidaridad entre la bofia y los civiles (cantinela que se fue por el retrete esa misma noche, a porrazo limpio) y gritos presuntamente graciosos de buen rollo hacia los manteros del centro, que, nada más verles, recogían sus cosas con un comprensible nerviosismo.
Los policías y militares se quejan en los mass media de cómo se va reduciendo el chorro de partidas presupuestarias que manaba del grifo mágico de la Carrera de San Jerónimo, ese que permitía que ambos presupuestos (el policial y el militar) crecieran en tiempo de «crecimiento» (¿de qué?) porque la economía crecía, y en tiempo de crisis, porque estábamos en crisis y había que invertir en seguridad (¿para quién?) y crear empleo. Como el resto del Orfeón Pupitas, lloran porque les habían prometido un capitalismo de la tierra de Jauja y se convencieron de estar viendo una «marca España» que montaba un unicornio alado donde sólo había un caballo (de Afganistán a Las Barranquillas, con escalas) y de que Amancio Ortega y Steve Jobs les darían un masajito en los pies a cada uno entre loas a la «responsabilidad social corporativa».

Algún miembro del CNP se tomó la molestia de pinchar las ruedas de una treintena de furgonetas de los antidisturbios y de hacerlo de la forma más saboteadora posible y el gesto merece su reconocimiento, pero, si abrimos el plano, lo cierto es que est@s «privilegiad@s de todo a cien» a los que nos estamos refiriendo hablan como si haber sacado unas oposiciones o estudiado una carrera les cerrara el acceso a algún tipo de vales de descuento que l@s demás poseen y, por consiguiente, ell@s necesitaran sueldos y prestaciones más abultad@s que l@s demás. En todo caso, la cuestión no es cuán irritante resulta todo esto, sino cómo se va a resolver la contradicción entre esas expectativas exageradas -que el capitalismo probablemente no llegue a ser capaz de satisfacer jamás- y una realidad cuya mezquindad les aboca a unirse al resto de la clase social a la que pertenecen, la oprimida -y a la que, a la vez, combaten, en el caso de l@s policías- en una lucha que será a menudo ingrata, a veces trágica y siempre fatigadora... pero para la cual no hay alternativa.

2 comentarios:

  1. Ya ves, ha habido que tocarles el bolsillo para que se manifiesten. Igual dentro de unas semanas vemos una manifestación de curas o algún WTF del estilo.

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    1. Jajaja, bueno, los curas no se manifiestan solos, pero lanzan buenas ristras de feligreses a las calles cada vez que lo consideran oportuno (contra los matrimonios homosexuales, el aborto... ). Parece que los kamaraden polizei -o como se escriba- acaban de descubrir el mundo de la crítica política explícita, el tiempo dirá si alguno se queda.
      En todo caso, propongo como "WTF del estilo" una manifestación de numismátic@s o coleccionistas muy cabread@s por una retirada de subvenciones. Una muy grande y muy tensa, con cortes ilegales de grandes vías o autopistas o algo así y que acabe con disturbios. Numismátic@s asilvestrad@s con las caras tapadas con pañuelos antiguos y enfrentándose a la policía a lo bestia; pagaría por ver eso.

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