Qué extraña imagen: Rajoy quemando contenedores, Rodríguez Zapatero prendiendo fuego a papeleras, la élite política plenamente entregada al vandalismo. Suena imposible, el vandalismo es cosa de gente desharrapada: chavales aburridos y/o hooligans políticos, ¿no? Después de según qué huelgas o manifestaciones, oímos hablar de destrozos, ¿cuánto cuestan? He intentado averiguar cuánto cuesta un contenedor de basura nuevo y veo una gama de precios que oscila muchísimo (entre 200 y algo más de 1.000 €) en función de la marca, el modelo y, cabe suponer, el volumen de los pedidos, el transporte y -quién sabe- quizá prefiramos comprárselos a algún amigo o familiar que casualmente se dedique a ese ramo. Suspicacias aparte, el resultado es interesantísimo.
Por ejemplo, el regalo que le hizo el Estado al venderle al BBVA Catalunya Caixa-Catalunya Banc (fusión de Caixa Catalunya, Caixa Manresa y Caixa Terrassa), por ejemplo, que ascendió a 11.400 millones de euros -es la diferencia entre el precio que se les pidió y el precio de mercado- son casi doce millones de contenedores-de-los-caros quemados, más de 50 millones de los más baratos. Los 9.000 millones de euros que reclaman los vándalos de la Comisión Europea que nos recorten a corto plazo cuestan, pues, al menos nueve millones de contenedores quemados, hasta 45. Podríamos seguir con los recortes en sanidad, que en el periodo 2009-2013 fueron de 7.641 millones de euros, serían de al menos 7 millones de contenedores -insistimos, hasta 35 millones de ellos- y el maravilloso rescate de Bankia, estimado en 147.800 millones de euros entre capital, avales y otros, nos puede salir por entre 150 y más de 700 millones de contenedores (pero ¿hay tantos contenedores en toda la región española?).
Si buscamos el morbo, no será por cálculos al sueldo de un juez español (unos 4.000 €/mes) le podemos descontar el de un pobre diablo (salario mínimo interprofesional = 655,20
€/mes), la sobrealimentación de más de 5.000 jueces nos sale como quemar
16.000-80.000 contenedores al mes. Las subvenciones para que este año los sindicatos sigan dando la patita y pasando por el aro de fuego (10,33 millones), un poco más caras que la familia Borbón, nos salen a 10.000-50.000 contenedores churruscados y las de los ayuntamientos a la tauromafia (20.116.278 € en 2013), 20.000-100.000 contenedores on fire.
Quien después de todo eso considere más preocupantes los disturbios que el vandalismo presupuestario tiene un problema de percepción aún mayor que el de echar cuentas.