Te habría gustado, de eso estoy bien seguro. No sé si habrías ido, la verdad -pienso que sí y me gusta pensarlo, pero no lo sé-, de lo que estoy seguro es de que te habría gustado. Tendrías 62 años, no está mal, hay gente de esa edad y más, te lo aseguro.
Tú te lo pierdes, yo te lo pienso seguir contando, como si esperara que entendieras por qué nunca debiste rendirte. Como aprovechándome de que esta vez no me vas a llevar la contraria; como diciéndote lo que llevo años diciéndome a mí mismo y diciéndole a todo el mundo: que rendirse no es una opción. Rendirse es renunciar a todas ellas.
En eso estamos, en no rendirnos. Ni morir, ni limitarnos a sobrevivir, estamos más cerca que nunca de vivir, con todos los problemas y contradicciones que pueda traernos. Nada se ha terminado, que decía la canción, seguimos en lucha como nunca, decididos a vivir.
Tú te lo pierdes, yo te lo pienso seguir contando, como si esperara que entendieras por qué nunca debiste rendirte. Como aprovechándome de que esta vez no me vas a llevar la contraria; como diciéndote lo que llevo años diciéndome a mí mismo y diciéndole a todo el mundo: que rendirse no es una opción. Rendirse es renunciar a todas ellas.
En eso estamos, en no rendirnos. Ni morir, ni limitarnos a sobrevivir, estamos más cerca que nunca de vivir, con todos los problemas y contradicciones que pueda traernos. Nada se ha terminado, que decía la canción, seguimos en lucha como nunca, decididos a vivir.
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