viernes, 23 de diciembre de 2011

Nombres, números, ruinas, ...

Hace casi cuatro años que leí un artículo de Santiago Alba Rico titulado Las reglas del caos.
Ni siquiera está el texto íntegro, pero la versión que leí y que comparto con quien lea esto ya dice -en el magnífico estilo de Alba- mucho de lo que hay que decir sobre muchos temas: las identidades personales y colectivas, la deshumanización del otro y la devoción por los números, la violencia (contra las construcciones y las personas) como política, ...

En ese texto, que era la contribución de Santiago A. R. al libro Iraq bajo ocupación: destrucción de la identidad y la memoria, el autor abordaba temas que tienen que ver con la condición humana en cualquier contexto, sin importar su lugar o su tiempo, pero lo hacía a partir del ejemplo muy concreto del Iraq ocupado.
Por eso he vuelto más a él últimamente: cuando se acerca el noveno aniversario de la invasión de la tierra que fuera cuna de Sumer, Akkad y Babilonia, la coalición de invasores que encabezaran Australia, Reino Unido y, sobre todo, EEUU, anuncia la retirada del grueso de sus tropas y el compromiso de seguir apoyando el régimen constituido por quienes han medrado a su sombra. Probablemente sea un ejemplo inmejorable: tras doces año de bombardeos y embargo, Iraq fue invadido, saqueado de sus riquezas minerales, expoliado de sus tesoros arqueológicos, infestado de agentes de seguridad privados extranjeros, escuadrones de la muerte autóctonos y catetos taqfiristas deseando salvar sus almas con la sangre de quienes no creen como ellos, convertido en un festín de torturas, asesinatos y desapariciones polític@s y/o sectari@s. Si Iraq tiene una deuda con el neocolonialismo, es por haberle convertido, a un país de menos de 30 millones de habitantes, en el país con más exiliados y desplazados internos del mundo, uno de los más corruptos, uno de los que tiene más habitantes encarcelados, prisioneros militares o desaparecidos y uno de los que tiene mayor porcentaje de población en la policía, el ejército o los servicios de inteligencia. Uno de los países donde es más peligroso ser profesor universitario o donde más a menudo los médicos y enfermer@s marchan al exilio, pese a lo necesari@s que allí son, porque ell@s también quieren ganarse la vida y no perderla.

A l@s ocupantes y a sus colaboradores, enhorabuena. Habéis convertido un país en algo parecido a un cráter.

http://www.iraqsolidaridad.org/2009/docs/23_01_08_iraqocupa.html

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