Esta entrada es, en parte, un rótulo de "Cerrado hasta septiembre por vacaciones". Pero no es sólo eso. Mr. Brown está en un momento de cambio en su vida personal y el tema de que todo se acaba, antes o después, está en sus pensamientos más presente que nunca -y ya es decir-, aunque no sea eso lo que tiene reservado para esta su bitácora.
Con el colofón de las vacaciones que ahora empiezan, el joven Brown pone fin tanto a una etapa de casi dos años de vida doméstica inolvidable, como como a cinco años de facultad universitaria que le han cambiado la vida ("de manera irreversible", añadiría, si no fuera una perogrullada, ¿o acaso sabe alguien de un cambio vital que luego se deshaga, dándose la vuelta cual calcetín?). Y esa es mucha tela.
El punto y aparte, en cuanto a este verano y a lo que viene después, me obliga a mirar a la persona que yo era hace casi cinco años y asombrarme. Estoy tentado de mirarle/me con superioridad, con esa cosa tan irritante que es la condescendencia... pero no lo haré. Ese era su momento y este es el nuestro. Digo "nuestro" porque no puedo ser otra persona, ni puedo ser sólo esa persona. Lo contengo a él y a todo lo que se ha desarrollado en él en estos 57 meses, en estas 59 lunas, lo que ha nacido tanto como lo que ha muerto. Entiendo que para cualquier otra persona pueda resultar banal -sobre todo, si no ha echado este tipo de ojeada a su memoria-, pero este falso diálogo me es muy importante. Reconozco en mí cosas que posiblemente no estarían ahí de no ser por vosotr@s; ya sabéis quiénes sois. Algun@s ya estabais ahí y otr@s os habéis incorporado en este tiempo; hemos compartido, según el caso, conversaciones, conciertos y desconciertos, o clases, o luchas, y lucha de clases, hemos compartido bromas y duelos (en todos los sentidos de la palabra), canciones, películas y desvelos, hemos compartido confesiones, canciones, sentimientos y razones, hemos compartido asientos, dineros, la mesa y la cama... es como si la persona que soy ahora os sintiera sus madres, padres y comadronas, creo que por eso llora como un recién nacido. Las mayores verdades tienden a tomar forma de banalidad, por lo obvio, pero el momento de descubrirlas es un momento de revelación y aquí me encuentro -otra vez- en un estado casi alucinado por algo como el paso del tiempo y el aprendizaje de la vida.
El punto y aparte, en cuanto a este verano y a lo que viene después, me obliga a mirar a la persona que yo era hace casi cinco años y asombrarme. Estoy tentado de mirarle/me con superioridad, con esa cosa tan irritante que es la condescendencia... pero no lo haré. Ese era su momento y este es el nuestro. Digo "nuestro" porque no puedo ser otra persona, ni puedo ser sólo esa persona. Lo contengo a él y a todo lo que se ha desarrollado en él en estos 57 meses, en estas 59 lunas, lo que ha nacido tanto como lo que ha muerto. Entiendo que para cualquier otra persona pueda resultar banal -sobre todo, si no ha echado este tipo de ojeada a su memoria-, pero este falso diálogo me es muy importante. Reconozco en mí cosas que posiblemente no estarían ahí de no ser por vosotr@s; ya sabéis quiénes sois. Algun@s ya estabais ahí y otr@s os habéis incorporado en este tiempo; hemos compartido, según el caso, conversaciones, conciertos y desconciertos, o clases, o luchas, y lucha de clases, hemos compartido bromas y duelos (en todos los sentidos de la palabra), canciones, películas y desvelos, hemos compartido confesiones, canciones, sentimientos y razones, hemos compartido asientos, dineros, la mesa y la cama... es como si la persona que soy ahora os sintiera sus madres, padres y comadronas, creo que por eso llora como un recién nacido. Las mayores verdades tienden a tomar forma de banalidad, por lo obvio, pero el momento de descubrirlas es un momento de revelación y aquí me encuentro -otra vez- en un estado casi alucinado por algo como el paso del tiempo y el aprendizaje de la vida.
La eterna pregunta... y ahora, ¿qué? Quienes me conocéis en persona lo sabéis bastante bien, aunque me reservo el derecho de daros alguna que otra sorpresa si lo considero oportuno. Por lo demás, Mr. Brown estará viajando y apenas accederá a ordenadores, por lo que no puede ofrecer comunicación de ningún tipo hasta septiembre. Para entonces, volverá y lo hará algo más vivido y, salvo que la experiencia de las semanas por venir le cambie mucho, volverá con aquello que realmente late con su sangre y da chispa al fluido eléctrico de sus neuronas: historias, dudas, palabras, el tiempo en contra y la vida a favor.
"La muerte no existe, la vida es sólo un sueño y somos producto de nuestra propia imaginación. (...) No te preocupes, no tengas miedo jamás: es sólo un paseo. Sólo es un paseo y podemos cambiarlo en cualquier momento."
"La muerte no existe, la vida es sólo un sueño y somos producto de nuestra propia imaginación. (...) No te preocupes, no tengas miedo jamás: es sólo un paseo. Sólo es un paseo y podemos cambiarlo en cualquier momento."
Bill Hicks (1961-1994)
todo pasa y todo queda, pero no nos abandones nunca
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