domingo, 9 de octubre de 2011

La ciudad (II): Roma según J. Vitalis

Para ilustrar un poco más el tema de las ciudades, un poema de 1554, escrito por Janus Vitalis y cuyas traducciones libres/versiones (Du Bellay, Quevedo, que la llamó A Roma sepultada en sus ruinas, etc. ) son más conocidas que el original, injustamente. La parte central del poema, de la que ya hablé alguna vez, ilustra muy bien lo que un imperio puede hacerse a sí mismo y, por ello y por su antigüedad, vale la pena. Primero la traducción (una menos personal que la de Quevedo) y, a continuación, el original:

Escucha tú, forastero, que a Roma en Roma buscas
y que nada de ella en Roma hallas.
Grandes murallas de piedra escarpada.
Abandonados anfiteatros que el tiempo trunca:
todo y nada, eso es Roma.
Altivos, sus cadáveres aún lanzan amenazas.
Venció al mundo, contra ella misma batalla.
Por que el universo no viera invencibles,
vencióse y hoy descansa Roma impasible,
vencida y vencedora.
Vestigios de su nombre, tan sólo Álbula pervive,
mas fieras aguas hasta el ponto lo arrastran.
Juzga así de la Fortuna que hilos traza:
aquello que es firme sucumbe, aquello que es frágil persiste.

De Roma
Qui Roman in media quaeris novus advena Roma,
et Romae in Roma nil reperis media,
aspice murorum, praeruptaque saxa,
obruptaque ingenti vasta theatra situ.
Haec sunt Roma: viden velut ipsa cadavera tantaae
urbis adhuc mundum, nixa est se vincere: vicit,
a se non victumne quid in orbe foret.
Nunc eadem in victa Roma illa sepulta est?
Atque eadem victrix, victaque Roma fuit.
Albula Romani restat nunc nominis index,
qui etiam rapidis fertur in aequor aquis.
Disce hinc possit Fortuna: immota labascunt,
et quae perpetuo sunt agitata manent.

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