
Hace falta un gran optimismo mundano -adicción a lo concreto- para cuidar a un enfermo en Auschwitz, para pelar una patata en Hiroshima, para cantar a un bebé en Palestina, para quitar el polvo a una mesa en Dresde, para enseñar a leer a un niño en Bagdad, para volver a relatar el mundo, cada mañana, en medio de la guerra.
Estáis invitad@s a leerlo aquí:
http://rebelion.org/noticia.php?id=123882
[El cuadro que propongo es Las dos mujeres, pintado por Rafael Zabaleta (1903-1960) en 1958.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario